Trabajé en una aerolínea durante años, realizando tareas en distintos departamentos. Durante una temporada fui asistente de vuelo, y créeme, es un trabajo difícil para alguien que odia volar. Un avión de mi compañía tuvo un terrible accidente la semana antes de que empezase a trabajar en ella, y mis primeros días en el aire fueron muy duros, estaba realmente asustada. Tras dejar la compañía trabajé como guía turístico en mi ciudad, Cape Town, me encantaba conocer a gente de todo el mundo y enseñarles la ciudad que amo.

Tiempo después dejé de hacerlo, y ahora me dedico a viajar todo lo que puedo. Mi marido no es un gran aficionado a viajar, además apenas tiene tiempo por culpa del trabajo, y no siempre puedo encontrar amigas con las que hacerlo, así que la mayor parte del tiempo viajo sola. Al principio se me hacía raro, pero me he acostumbrado y me encanta. La peor parte de viajar sin compañía es que no tengo nadie con quien volar, y si hay algo que me aterra además de volar, es hacerlo sola.