He trabajado en publicidad toda mi carrera, primero en agencias y luego fundando la mía propia. Recuerdo que en los 70 el mundo de la publicidad se parecía mucho a la serie Mad Men. Sobre todo me acuerdo de aquellas fastuosas cenas con clientes, donde el alcohol corría durante toda la noche. Pero eso se acabó, claro, ya que en aquellas noches la gente conducía tras haber bebido mucho alcohol, y cuando se involucraban en algún accidente, o alguien salía herido, la gente demandaba a las agencias que habían organizado la fiesta. Por consiguiente, beber durante este tipo de reuniones quedó terminantemente prohibido.
Me encantaba la publicidad, ese mundo de gente loca y creativa, quizá porque yo también soy una más de ellos. La verdad es que lo echo de menos. No el trabajo en sí, realmente no extraño los horarios infernales, los plazos imposibles ni los clientes que nunca están satisfechos, sino la sensación de que mi vida está llena de diversión y creatividad. Son las cosas que más me gustan en el mundo.
MINNESOTA
USA